El radón es un gas radiactivo de origen natural que se deriva de la descomposición del uranio-238, comúnmente presente en la corteza terrestre. A pesar de ser invisible, inodoro e insípido, el radón representa un serio riesgo para la salud. De hecho, es la segunda causa principal de cáncer de pulmón tras el tabaquismo, responsable de más de 2.000 muertes anuales en España. Sin embargo, persisten numerosos mitos y desinformación sobre el radón que impiden a muchas personas tomar las precauciones adecuadas. A continuación, abordaremos estos mitos desde una perspectiva técnica y basada en evidencia científica.
Mito 1: El radón es un problema solo en ciertas áreas geográficas
Existe la falsa percepción de que el radón solo afecta a regiones montañosas o áreas específicas con suelos ricos en uranio. Este enfoque simplista ignora la dinámica compleja del gas radón, el cual se infiltra a través de múltiples rutas hacia el interior de edificaciones, incluyendo grietas en los cimientos, sumideros y tuberías. Si bien es cierto que el CTE establece una zonificación por municipios en función del nivel de riesgo, zona I y zona II, marcando una prioridad de actuación ya que hay diferentes potenciales de exposición al radón. No obstante, se estima que el 70% de la radiación a la que una persona se ve expuesta durante su vida, persona media e independiente de dónde viva, es debido a la exposición al radón.
El radón se encuentra distribuido de manera heterogénea y sus concentraciones dependen de factores como la geología local, el tipo de construcción y la ventilación de los edificios. Aunque algunas áreas tienen una mayor predisposición debido a la naturaleza de sus suelos, este gas no respeta fronteras geográficas. Es esencial comprender que cualquier hogar, independientemente de su localización, puede verse afectado. Estudios realizados en diversas áreas urbanas han demostrado la presencia significativa de radón incluso lejos de las regiones típicamente consideradas de riesgo.
Mito 2: Solo las casas viejas tienen problemas de radón
Este mito se basa en un razonamiento erróneo respecto a la construcción de viviendas. Aunque las viviendas antiguas pueden tener fisuras y deficiencias estructurales que favorecen la entrada de radón, las nuevas construcciones no están exentas. Incluso edificios recién construidos pueden contener altos niveles de radón si no se integran adecuadamente medidas de protección durante la edificación, como barreras anti-radón o sistemas de ventilación subterránea.
Las normativas de construcción recientes han comenzado a incluir la instalación de sistemas pasivos de protección frente al radón, pero esto no siempre garantiza la completa eliminación del riesgo. La cantidad de radón presente en una vivienda está altamente influenciada por la geología del subsuelo y por cómo está diseñada la interacción del edificio con dicho subsuelo. Elementos como el tipo de cimientos, la ventilación de sótanos y la presencia de garajes subterráneos tienen un impacto considerable en los niveles de acumulación de radón. Por ello es tan importante una correcta medición de radón que garantice la efectividad de los medidas tomadas.
Mito 3: Si no fumas, no tienes que preocuparte por el radón
Este es uno de los conceptos más peligrosos que circulan sobre el radón. La evidencia científica muestra que tanto el tabaquismo como la exposición al radón son carcinógenos pulmonares, y, de hecho, la combinación de ambos potencia exponencialmente el riesgo de cáncer de pulmón, debido a un efecto sinérgico.
La exposición al radón puede dañar el epitelio respiratorio, generando mutaciones genéticas en las células pulmonares, incluso en personas que nunca han fumado. Estudios epidemiológicos han confirmado que la exposición crónica a concentraciones relativamente bajas de radón, especialmente en combinación con otros factores de riesgo como la contaminación del aire, incrementa significativamente la probabilidad de desarrollar cáncer de pulmón.
Mito 4: El radón es fácil de detectar
Contrario a lo que se suele creer, el radón no es fácil de detectar sin equipos específicos. A diferencia de otros gases, como el metano, el radón es completamente inodoro e invisible, y no presenta síntomas físicos inmediatos que adviertan su presencia. Su detección solo es posible mediante técnicas especializadas de medición, las cuales se realizan con dispositivos como detectores pasivos de trazas (CR-39) o detectores activos, que permiten evaluar las concentraciones de radón de forma continua y precisa.
Además, la concentración de radón varía significativamente según factores climáticos y la ventilación del edificio, lo que implica que las pruebas a corto plazo podrían no reflejar adecuadamente la exposición promedio anual. De ahí la importancia de realizar mediciones prolongadas (60 días o más) o confiar en un profesional certificado para obtener una evaluación más precisa y concluyente.
Mito 5: Los niveles de radón en mi vecindario son bajos, así que no necesito preocuparme
El hecho de que los niveles de radón en un vecindario sean bajos no significa que todas las viviendas de la zona estén a salvo. El radón se filtra desde el suelo a través de las microfisuras y los puntos de contacto entre el subsuelo y el edificio, lo cual genera una gran variabilidad entre viviendas vecinas. Estudios realizados en entornos urbanos han demostrado que es común encontrar diferencias significativas en la concentración de radón entre casas ubicadas en la misma calle. Estas diferencias pueden deberse a variaciones en la estructura del suelo, el tipo de construcción y la disposición de cimientos.
El mapa de potencial de radón desarrollado por el Consejo de Seguridad Nuclear proporciona una visión general de las áreas con mayor probabilidad de contener radón, pero no es un sustituto de las mediciones individuales. En este sentido, la única forma de garantizar que un hogar esté libre de radón es mediante pruebas específicas y personalizadas.
La Importancia de la Evaluación Profesional y Servicios de Xpert Radón
Ante un enemigo tan invisible y dañino como el radón, es crucial contar con profesionales capacitados para la medición y asesoramiento. En Xpert Radón, contamos con un equipo altamente cualificado, compuesto por físicos expertos en protección radiológica, con la experiencia y los conocimientos necesarios para realizar evaluaciones precisas y fiables.
Nuestro enfoque se basa en normativas internacionales y seguimos estrictamente los estándares de la Directiva 2013/59/Euratom, la cual regula la protección contra las radiaciones ionizantes. Además, nuestras mediciones se realizan utilizando tecnología avanzada, tanto para detectar niveles actuales de radón como para proporcionar un seguimiento continuo en el tiempo, lo cual garantiza la calidad y la fiabilidad de los resultados.
Es importante recalcar que Xpert Radón no realiza remediación, lo que asegura la independencia en la evaluación y evita conflictos de interés. Nuestro objetivo es proporcionar a los propietarios y gestores de edificios la información más precisa y científicamente rigurosa para que tomen decisiones fundamentadas sobre cómo mitigar el riesgo del radón.
Conclusión
La exposición al radón no es un riesgo que deba subestimarse ni simplificarse con creencias infundadas. La realidad científica demuestra que el radón está presente de manera heterogénea y que cualquier hogar, independientemente de su ubicación o año de construcción, puede estar en riesgo. La única forma segura de protegerse es mediante la medición profesional, seguida de la implementación de las medidas correctivas necesarias en función de los resultados obtenidos.
Si deseas conocer la situación del radón en tu espacio de vida o trabajo, no dudes en contactar con Xpert Radón. Nuestro compromiso es garantizar la seguridad radiológica y la tranquilidad de nuestros clientes, proporcionando mediciones certificadas y asesoramiento de alta calidad. Visita www.xpertradon.es o contáctanos en info@xpertradon.es para más información.