El radón es un gas radioactivo natural, incoloro e inodoro, que se origina en la corteza terrestre debido a la desintegración del uranio-238. A través de grietas en el suelo y otras aberturas, el radón puede filtrarse en interiores, acumulándose en espacios cerrados como viviendas y oficinas y alcanzando concentraciones peligrosas si no se toman medidas de prevención. La exposición prolongada a niveles elevados de radón es la segunda causa de cáncer de pulmón después del tabaquismo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En respuesta a esta amenaza, el Código Técnico de la Edificación (CTE) se actualizó en 2020, incorporando el apartado HS6 – Protección frente a la exposición al radón dentro del Documento Básico de Salubridad (DB-HS). Esta sección establece las medidas para minimizar la acumulación de radón en edificios nuevos y rehabilitados, conforme a la Directiva 2013/59/Euratom, que establece normas de protección frente a radiaciones ionizantes en toda la Unión Europea.
Radón: un enemigo invisible
El radón se forma principalmente en suelos y rocas graníticas ricas en uranio, presentes en varias regiones de España. Aunque sus concentraciones en exteriores suelen ser bajas e inofensivas, al filtrarse en espacios cerrados puede alcanzar niveles de riesgo para la salud. Al inhalarse, los productos de desintegración del radón se adhieren a las partículas en el aire, quedando atrapados en los pulmones. La radiación alfa que liberan daña las células pulmonares y aumenta significativamente la probabilidad de cáncer.
Según la OMS, entre el 3% y el 14% de los casos de cáncer de pulmón a nivel mundial están relacionados con la exposición al radón. En no fumadores, el radón es la principal causa de esta enfermedad.
Nueva normativa HS6 del CTE
La sección HS6 del CTE fue introducida para proteger a la población en viviendas y otros espacios habitables de la exposición al radón, siguiendo las directrices de la Directiva Europea 2013/59/Euratom. Uno de los elementos más destacados de la normativa es la zonificación de España en función del riesgo de exposición al radón, dividiendo el territorio en:
- Zona I: Áreas de riesgo moderado.
- Zona II: Áreas de riesgo elevado.
Es importante destacar que, según el mapa de radón del CSN, no existe el riesgo cero; siempre se recomienda realizar mediciones.
Medidas de protección frente al radón en la construcción
La normativa HS6 del CTE establece varias medidas de protección que deben implementarse en nuevas construcciones y rehabilitaciones, ajustadas a la zona de riesgo de cada proyecto:
- Medición certificada: La primera medida es la realización de una medición certificada para evaluar la concentración de radón. Una medición previa en el terreno puede reducir los costes del proyecto al identificar el potencial de concentración de gas radón.
- Barrera anti-radón: Las membranas impermeables al radón, instaladas bajo los cimientos o zonas de contacto con el suelo, bloquean el paso del gas hacia el interior del edificio. Esta medida es fundamental en zonas de alto riesgo.
- Sistemas de ventilación: La ventilación adecuada, ya sea natural o mecánica, es crucial para reducir la concentración de radón. El CTE sugiere sistemas de ventilación que permitan la renovación continua del aire, diluyendo la concentración de radón.
- Depresurización del suelo: Este método consiste en instalar tuberías que extraen el radón desde el suelo antes de que penetre en la estructura. Es especialmente eficaz en construcciones con sótanos o plantas bajas en zonas de alto riesgo.
- Sellado de grietas y fisuras: El sellado de grietas y fisuras en cimientos y paredes es una medida complementaria para minimizar las vías de entrada del radón desde el suelo.
Aplicación en nuevas construcciones y rehabilitaciones
La normativa HS6 es de cumplimiento obligatorio para proyectos de nueva construcción y rehabilitaciones en toda España, aplicable según la zona I o zona II. Tanto en viviendas unifamiliares como en edificios de uso público y comercial, en zonas de alto riesgo se requiere la implementación de medidas estrictas contra la acumulación de radón. En áreas de menor riesgo, se recomiendan precauciones básicas, ya que la presencia de radón puede ser variable.
Importancia de la medición y control del radón
Además de las medidas preventivas, es fundamental realizar mediciones certificadas de radón, especialmente en áreas de riesgo elevado. Las mediciones permiten evaluar la efectividad de las estrategias de prevención y aseguran que los niveles de radón se mantienen en rangos seguros.
Los detectores pasivos, como los detectores de trazas CR-39, son recomendados para evaluaciones a largo plazo, proporcionando una estimación precisa de la exposición anual al radón.
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- Asesoramiento integral: Además de la medición, Xpert Radón ofrece asesoramiento y jornadas divulgativas para que los propietarios comprendan los riesgos del radón y las medidas de protección.
Conclusión
La correcta implementación de la normativa HS6 del CTE y la colaboración con expertos cualificados, como Xpert Radón, son esenciales para garantizar la seguridad radiológica en viviendas y edificios rehabilitados. Las mediciones certificadas, junto con la adopción de medidas preventivas, protegen la salud de los ocupantes y aseguran que los niveles de radón se mantengan en rangos seguros.
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