En el ámbito de la construcción, la seguridad y la salud ocupan un lugar prioritario. Sin embargo, hay un enemigo invisible que acecha en muchos edificios y que representa un riesgo significativo para la salud: el radón. Este gas radiactivo, presente de manera natural en el suelo y las rocas, puede filtrarse en las edificaciones y acumularse a niveles peligrosos, aumentando el riesgo de cáncer de pulmón. Ante esta amenaza, surge el Plan Nacional contra el Radón, una iniciativa crucial para mitigar los riesgos asociados al radón en las edificaciones españolas. En este artículo, exploraremos el segundo eje de este plan, centrado en la edificación, así como sus desafíos, metas y estrategias para garantizar espacios seguros y saludables para todos.
Importancia del radón en la construcción
El radón, un gas radiactivo invisible y sin olor, se presenta como uno de los mayores riesgos para la salud en la construcción. La importancia del radón en la construcción radica en su potencial impacto en la salud pública. El radón es un gas radiactivo que se forma naturalmente a partir de la desintegración del uranio en el suelo, las rocas y el agua subterránea. Aunque el radón es incoloro, inodoro e insípido, puede penetrar en los edificios a través de grietas en los cimientos, juntas y otras aberturas, acumulándose en el interior y alcanzando concentraciones peligrosas.
En la construcción, es fundamental comprender la presencia y los efectos del radón para tomar medidas preventivas y mitigar sus riesgos. Para ello, el primer paso es una correcta caracterización de los espacios mediante una medición certificada que garantice la trazabilidad de la medida. Posteriormente, las edificaciones deben diseñarse, construirse o rehabilitarse considerando la necesidad de minimizar la entrada de radón desde el suelo y, en caso necesario, implementar sistemas de ventilación y mitigación.
Además, la detección temprana del radón en las edificaciones es esencial para proteger la salud de los ocupantes. Se requieren medidas de evaluación y seguimiento, que incluyen pruebas de detección de radón en interiores y mediciones periódicas para garantizar que los niveles estén dentro de los límites seguros. Dichas medidas deberían realizarse contemplando unos criterios de trazabilidad por personal con una cualificación y formación mínima que garanticen la correcta medición; de esta manera se evitarían resultados erróneos que podrían conllevar un sobrecoste innecesario y, lo más importante, podrían dar una imagen de falsa seguridad quedando los usuarios de dichos espacios expuestos a los riesgos de concentración de radón desconocido.
El Plan Nacional contra el Radón como marco de referencia
El Plan Nacional contra el Radón es una iniciativa integral establecida por el Gobierno de España para abordar los riesgos asociados con este gas radiactivo en todo el país. Este plan se fundamenta en la necesidad de proteger la salud pública y promover la seguridad en las edificaciones ante la amenaza del radón, cuyos efectos nocivos para la salud han sido ampliamente reconocidos a nivel internacional. Para ello, establece estrategias y acciones para reducir la exposición al radón. Este plan se articula en varios ejes, teniendo el segundo el foco principal en la edificación.
El Plan Nacional contra el Radón proporciona un marco de referencia sólido que coordina las acciones de diversas entidades gubernamentales, científicas y técnicas, así como del sector privado, con el objetivo de prevenir, detectar y mitigar la exposición al radón en las edificaciones españolas. Se basa en la colaboración interdisciplinaria y la promoción de buenas prácticas en la construcción y el control de la calidad del aire interior.
El marco de referencia proporcionado por el Plan Nacional contra el Radón incluye, entre otras, la identificación de zonas de alto riesgo, la elaboración de mapas de radón, la promoción de la formación y capacitación de profesionales, la difusión de información sobre los riesgos del radón y la implementación de medidas de control en la construcción y rehabilitación de edificaciones.
Si quieres saber más sobre el Plan Nacional contra el radón: Plan Nacional contra el radón: Implicaciones a corto y medio plazo
Segundo Eje del Plan Nacional contra el Radón: Enfoque en la edificación
El segundo eje del Plan Nacional contra el Radón se centra específicamente en abordar la presencia de este gas radiactivo en las edificaciones. Este enfoque reconoce la importancia crucial de garantizar que los espacios habitables estén libres de concentraciones peligrosas de radón, protegiendo así la salud de las personas que ocupan estos entornos.
El principal objetivo estratégico de este Eje es la reducción de radón en edificios y garantizar el cumplimiento normativo y legislativo del nivel de referencia establecido en 300 Bq/m3 en interiores.
Este eje del plan se fundamenta en el análisis de la normativa, la implementación de medidas preventivas y correctivas en la construcción y rehabilitación de edificaciones para mitigar los riesgos asociados con el radón, la formación y la colaboración entre diferentes entidades. Se centra en la integración de prácticas y tecnologías que reduzcan la entrada y acumulación de radón en los espacios interiores, garantizando así ambientes seguros y saludables para la población.
Entre los objetivos específicos incluidos en el segundo eje del Plan Nacional contra el Radón se encuentran:
- Análisis de la legislación existente y la posibilidad de mejora y actualización. En temas constructivos, la norma básica es el RD 732/2019 que modificó el Código Técnico de Edificación incluyendo un capítulo específico de protección contra el radón en el Documento Básico de Salubridad DB-HS6, el cual incluye un apéndice con el listado de municipios afectados con dos diferentes zonificaciones.
- Potenciar la formación, capacitación y sensibilización de los profesionales de la construcción, tanto en la fase de diagnóstico como en la remediación de manera que se promocionen las buenas prácticas en el diseño, construcción y mantenimiento de edificios libres de radón.
- Establecer programas de intervención en edificios ya existentes, con pautas y recomendaciones para la rehabilitación con objeto de lograr soluciones con costes asumibles.
- Analizar las actuaciones en función de las tipologías constructivas existentes. Para ello, se debe:
- Identificar y evaluar la aplicabilidad y determinar la efectividad en España de las distintas soluciones constructivas frente al radón en la edificación utilizadas en el ámbito internacional; estos estudios y evaluaciones de riesgos de radón en las edificaciones, especialmente en aquellas ubicadas en zonas de alto riesgo identificadas previamente, serán de gran utilidad reduciendo costes y tiempos de ejecución.
- Evaluar la posible integración de datos de radón en las plataformas de información urbanística.
- Diseñar e impulsar instrumentos de apoyo a nivel autonómico y municipal. Para alcanzar dicho objetivo es necesario:
- Proporcionar y facilitar asistencia técnica en el ámbito de la construcción junto con una correcta formación.
- Establecer instrumentos financieros para particulares y PYMES.
- Integrar la prevención contra el radón en los planes urbanísticos.
Es fundamental realizar una correcta evaluación de riesgos de radón en las edificaciones, especialmente en aquellas ubicadas en zonas de alto riesgo, así como una adecuada formación de todos los agentes implicados, desde la Administración local al usuario final pasando por todos los agentes que intervengan en la construcción.
Herramientas y recursos para la edificación segura
Es fundamental contar con una serie de herramientas y recursos que faciliten la implementación de medidas efectivas y la garantía de ambientes saludables en las edificaciones. Estas herramientas y recursos están diseñados para proporcionar orientación, apoyo técnico y soluciones prácticas a los profesionales del sector de la construcción y a los propietarios de edificaciones. Entre ellas destacan:
- Guías técnicas y manuales: Elaborados por instituciones gubernamentales, organizaciones profesionales y entidades especializadas, proporcionan orientación sobre prácticas constructivas seguras, criterios de diseño, instalación de sistemas de ventilación y otras medidas preventivas.
- Normativas y estándares de seguridad: La principal normativa es la establecida en el RD 732/2019, que modificó el Código Técnico de Edificación incluyendo el capítulo DB-HS6 de protección contra el radón. Establece los requisitos y criterios mínimos que deben cumplir las edificaciones en términos de protección contra el radón. Incluye los límites de concentración de radón en el aire interior, métodos de medición y evaluación de riesgos, y especificaciones técnicas para la instalación de sistemas de mitigación, así como un listado de municipios afectados.
- Herramientas de medición y detección: Estas herramientas incluyen detectores de radón, monitores de radón de largo plazo y sistemas de medición en tiempo real que permiten evaluar la eficacia de las medidas de mitigación implementadas.
- Software de modelado y simulación: Algunos programas informáticos de modelado y simulación permiten predecir y analizar el comportamiento del radón en el interior de las edificaciones en función de diversos factores, como la geología del suelo, la permeabilidad del terreno y las características constructivas del edificio. Estas herramientas facilitan la identificación de áreas de riesgo y la optimización de las estrategias de mitigación.
- Capacitación y formación: Es esencial para garantizar la correcta implementación de medidas de prevención y mitigación del radón: cursos, seminarios y talleres especializados sobre el tema, que aborden aspectos técnicos, normativos y prácticos relacionados con la edificación segura y la protección contra el radón.
Metrología: Cómo se mide el radón según el DB – HS6
La metrología del radón, es decir, la ciencia de la medición de este gas, es fundamental para evaluar y controlar su presencia en el interior de las edificaciones. El Documento Básico de Salubridad (DB – HS6) del Código Técnico de la Edificación en España proporciona directrices para la evaluación del radón en edificaciones y establece el límite de 300 Bq/m3 en interiores. Así mismo, en su Apéndice C contempla la metodología para la determinación del promedio anual de concentración de radón en aire de los locales habitables de un edificio, incluyendo el número de detectores en función de la tipología del propio edificio y su ubicación.
Un punto fundamental de este Apéndice para las entidades de medida es la exigencia de disponer tanto de la acreditación de la norma ISO 17025 por ENAC como de cumplir los requisitos exigidos en el RD 410/2010, ambos obligatorios. Y la garantía para el usuario final debería ser la correcta trazabilidad de la medida mediante una metodología adecuada.
La medición del radón se realiza mediante dispositivos denominados detectores de radón, que pueden ser de diferentes tipos según el método de detección utilizado. Los detectores pasivos son los más comunes, de menor coste y fáciles de usar con una fiabilidad científica contrastada. Consisten en pequeños dispositivos que contienen una película o elemento sensible al radón. Estos detectores se colocan en los espacios a medir durante un período mínimo determinado de 2 meses, para permitir que el radón se acumule y se pueda realizar una medición precisa.
Otro tipo de detectores son los detectores activos, que incluyen dispositivos electrónicos que miden la concentración de radón de forma continua y en tiempo real. Estos dispositivos son más complejos y requieren un mayor mantenimiento, pero proporcionan datos instantáneos sobre la presencia de radón en el ambiente.
La metrología del radón también implica la calibración y verificación periódica de los equipos de medición para garantizar la precisión y fiabilidad de los resultados. Los laboratorios y entidades especializadas realizan este tipo de calibraciones y emiten certificados que garantizan la calidad de las mediciones. Para ello, deben disponer de la correspondiente acreditación para realizar dicha tarea como es el caso del nuestro laboratorio de referencia en Xpert: el Laboratorio de Radiación Ambiental de la Universidad de Cantabria, primer laboratorio en España en disponer de dicha acreditación tanto para la medición de radón en aire como para la calibración de equipos de medición.
Es importante destacar que las mediciones de radón deben realizarse en diferentes estancias de las edificaciones, incluyendo sótanos, plantas bajas y plantas superiores, para evaluar la distribución y concentración del gas. Además, es recomendable realizar mediciones periódicas, especialmente en zonas de riesgo o en edificaciones donde se hayan realizado modificaciones que puedan afectar la entrada o acumulación de radón.
Desafíos y futuro del Plan Nacional contra el Radón
A pesar de los esfuerzos realizados, la implementación del segundo eje del Plan Nacional contra el Radón enfrenta desafíos significativos. La sensibilización, la formación de profesionales, una correcta metodología de medición que contemple la trazabilidad y la disponibilidad de recursos financieros y tecnológicos son aspectos clave para garantizar el éxito del plan. Además, es fundamental impulsar la cooperación interinstitucional y la coordinación entre las autoridades, los profesionales del sector de la construcción y la comunidad científica, para establecer políticas y protocolos efectivos de detección, mitigación y control del radón.
En cuanto al futuro del plan, se vislumbra la necesidad de continuar fortaleciendo las estrategias de prevención y sensibilización, así como de promover la investigación científica y la innovación tecnológica en el campo de la detección y mitigación del radón. Además, se espera una mayor colaboración internacional y el intercambio de buenas prácticas entre países para abordar de manera efectiva este problema global de salud pública.
Peligros para la salud asociados a la exposición al radón
La exposición prolongada al radón puede aumentar el riesgo de cáncer de pulmón, siendo especialmente peligroso en espacios cerrados, como viviendas y lugares de trabajo. Además, el radón es la principal fuente de radiación natural a la que la población está expuesta, contribuyendo así a la carga global de enfermedades relacionadas con la radiación.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que el radón es responsable del 3-14% de los casos de cáncer de pulmón en todo el mundo, convirtiéndolo en un problema de salud pública significativo. En España, se estima que más del 50% de los hogares están por encima del nivel de referencia de radón establecido por la OMS.
La principal preocupación radica en que la exposición prolongada al radón aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón, siendo la segunda causa principal después del tabaquismo. Este riesgo se incrementa especialmente en espacios cerrados y mal ventilados, donde el radón puede acumularse y alcanzar niveles dañinos para la salud.